Los bachilleres requieren orientación

John Diego Molina

Será indispensable que las autoridades educativas de la ciudad brinden a nuestros jóvenes del grado once la información básica que les permita determinar su perfil vocacional.

Cada semestre ingresan cerca de mil quinientos nuevos estudiantes a la Universidad Tecnológica. Alrededor del 57% abandonan durante el primer año su carrera, como consecuencia de un bajo rendimiento académico que tiene múltiples variables.

La deserción se encuentra concentrada en los primeros semestres, a medida que avanza la carrera, “el perfil de los desertores cambia” esto debido a la falta de criterio en el momento de seleccionar la carrera, consecuencia de la poca información que reciben sobre las opciones que la educación superior ofrece teniendo en cuenta el perfil de ingreso y campo laboral en el cual se ejercerá.

El Ministerio Nacional de Educación estima que el 45% de los desertores totales del País solo cursó un semestre y aprobó menos del 80% de las materias Sistema Nacional de Información de Educación Superior y Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (Snies-Spadies). Además muestra que el 14% de los estudiantes desertan en los primeros semestres de los programas aún habiendo aprobado el total de las materias cursadas.

Dentro del análisis realizado también fueron incluidos los programas de apoyo financiero como becas, créditos y convenios entre otros; al contrastar el por qué de la decisión del retiro de los estudiantes con relación al ingreso de la familia, se encontró que esta disminuye a medida que el ingreso familiar aumenta o se cuenta con los apoyos mencionados.

Es así como teniendo en cuenta que la elección de una profesión es una situación compleja y personal de todos los jóvenes que cursan el grado once; la cual debe ser tomada con mucha responsabilidad ya que es un compromiso con su futuro y que para esta decisión se requiere tener en cuenta los intereses, habilidades y valores, como criterios para seleccionarla.

Se evidencia la necesidad de ofrecerles un espacio que debe ser liderado por la Secretaría de Educación en cada uno de los colegios de nuestra ciudad en donde estudiantes del grado 11 se puedan preguntar: ¿Qué me gusta? ¿En qué rindo mejor? ¿Qué es lo más importante para mí? ¿Qué salida laboral tendré? ¿Qué requiere el mercado?, lo anterior debe ser acompañado de una prueba de actitud vocacional, con el fin de lograr que estos niveles tan altos de deserción se disminuyan y así gane el estudiante, la familia, la universidad y la ciudad con mejores profesionales haciendo lo que realmente les gusta.